martes, 29 de mayo de 2007

Lo que el viento nos deja

El viento es una de las formas de energía solar más antiguamente utilizados, sus primeros usos fueron la navegación a vela y los molinos de granos. Actualmente, aunque estos usos todavía existen, el principal aprovechamiento de la energía del viento está centrado en su transformación en energía eléctrica.
Los países pioneros en este campo son los Europeos, donde la demanda de electricidad está cubierta hasta en un 15% por generación eólica, como es el caso de Dinamarca. También en Estados Unidos existe una tendencia creciente al uso de aerogeneradores, tanto que en Texas está instalado el mayor complejo aerogenerador del mundo. Otro estado que ha puesto mucho énfasis en esta generación es California, donde tradicionalmente las regulaciones sobre contaminación ambiental son más estrictas que en el resto de Estados de la Unión.

A nivel mundial está previsto que para el 2010 ( en menos de 3 años) ya estén instalados unos 160 000 Megavatios provenientes de aerogeneradores, y en países como China e India el crecimiento de estas instalaciones es muy alto.

En Ecuador tenemos en marcha un proyecto de generación eólica realizado por el Concejo Provincial de Loja, que preve generar 14.5 MW a partir de 3 aerogeneradores instalados en un cerro al Occidente de Loja. También está implementándose un programa de este tipo en las Islas Galápagos, con apoyo de Naciones Unidas, para disminuir el transporte de combustibles los cuales son potenciales fuentes de contaminación.

El primer factor para considerar un proyecto eólico es la velocidad promedio del viento en el sitio donde se quiera implementar un sistema. Aunque la mayoría de aerogeneradores trabajan en un rango de velocidades de aire de 3 a 25 m/s, lo recomendable es tener un promedio de 15 m/s.

La siguiente dificultad a la que se enfrenta un sistema eólico es la variación de la cantidad de corriente disponible, que puede ir de cero a una cantidad que exceda la demanda en un momento determinado. Gran parte de esto está solucionado con sistemas electrónicos "inteligentes" que pueden detectar las cargas de generación y demanda en forma automática para determinar el flujo de corriente, de tal manera que si el consumo sube se toma energía del sistema normal de suministro, y si la generación es más alta es el generador el que entrega corriente a la red de uso público. Estos sistemas ya están actualmente en uso en algunas ciudades de Estados Unidos y Europa, donde hay gente que va a la empresa Eléctrica a cobrar en vez de pagar por la energía. En Inglaterra hay a la venta sistemas baratos, alrededor de 2000 euros, en los que viene todo lo necesario para un sistema eólico casero.

Con el tiempo, esta tecnología disminuye sus costos de operación, ojalá que por nuestras tierras pronto veamos muchas veletas generando la energía que hoy nos toca comprar a nuestros vecinos.

martes, 22 de mayo de 2007

Cuando calienta el sol...

...hay vida. El sol como fuente de energía es de lejos la fuente más confiable y abundante en nuestro planeta, su extinción, según cálculos actuales, será en unos seis mil millones de años, asi que tenemos un buen tiempo para pensar en algo más. No debemos olvidar que las demás energías que utilizamos, salvo la nuclear, provienen directamente del sol; aunque estrictamente hablando el sol es un gran reactor de fusión nuclear. Todos los seres que alguna vez vivieron y que ahora forman parte de los combustibles fósiles tuvieron un ciclo de vida dependiente de la fotosíntesis y el ciclo del agua, las hidroeléctricas aprovechan la energía potencial que el sol transfiere al agua al llevarla del mar a las nubes, y los vientos se originan por diferencias de temperatura entre diferentes capas de la atmósfera, nuevamente ocasionadas por el sol. En la superficie terrestre, a nivel del Ecuador, la energía que llega del sol es proximadamente de 1 Kilovatio por metro cuadrado, aunque este valor disminuye según la hora del día y las condiciones de nubosidad locales.

En relación al hombre, podemos comenzar diciendo que el propio cuerpo humano necesita radiación solar para ciertas actividades metabólicas,como la producción de Vitamina D y la fijación del Calcio en los huesos. Desde el punto de vista de las actividades humanas, el sol está ligado al hombre desde el inicio de la agricultura, ya que las plantas dependen directamente de la cantidad de radiación solar disponible, y cada especie se desarrolla en condiciones óptimas con una cantidad específica de calor y humedad.

Todas estas referencias pueden llevar a la conclusión que no necesitamos fuentes de energía adicionales, lo cual en la práctica no es cierto, debido a varios factores, de los que se menconará algunos:
disponibilidad: el sol no lo vemos durante 12 horas del día en el mejor de los casos, incluso este valor aumenta conforme nos acercamos a los polos, por lo tanto la energía del sol no está disponible en forma contínua a menos que se disponga de medios para almacenarla.
Dispersión: Aún cuando la incidencia de energía es relativamente alta, se necesita grandes áreas de colección para satisfacer demandas fuertes, esto muchas veces lleva a la búsqueda de otras alternativas por motivos de espacio y costo de construcción.
Costo de la tecnología: La mejor tecnología disponible para convertir la energía solar en electricidad son las celdas fotovoltaicas de litio, pero su costo aún es prohibitivo para la masificación del consumo. En paises como Alemania el Gobierno subsidia estos equipos para uso doméstico.
La forma más barata de uso de le energía solar en las viviendas son los calentadores solares de agua, aparatos de bajo costo que permiten ahorrar el costo del calentamiento con electricidad o gas.

viernes, 11 de mayo de 2007

Notas Introductorias

Este espacio fue pensado para dar a conocer el estado actual y posible estado futuro del planeta respecto al consumo de recursos naturales y la generación de energía necesarios para satisfacer nuestras siempre crecientes demandas. Este tema tiene varios enfoques y abarca muchas áreas científicas como la Biología, Física, Climatología, Hidrología, entre muchas otras, lo que hace evidente que no se puede pretender abarcar a todas. Debido a mi formación me centraré en el manejo de la energía, desde su producción hasta el consumo en los hogares.

La pregunta es ¿Qué podemos hacer?. La mayoría hemos oido o leido brevemente sobre el Tratado de Kioto, los gases de efecto invernadero, el calentamiento global, los combustibles derivados del petróleo, entre otros. Todo esto suena un poco distante y parece que las decisiones solamente deben tomarse entre jefes de Gobierno y personas con influencia en la política mundial. La verdad es que ellos tienen sus responsabilidades, pero nosotros, los ciudadanos comunes, también podemos aportar mucho a las soluciones que deben concretarse para bien de todos.

En las siguientes entregas podrán encontrar qué acciones contribuyen al ahorro y uso racional de nuestras fuentes de energía, qué tipo de contaminación produce cada proceso, que nuevas fuentes de energía están ya disponibles, pero por sobre todo pdremos ver cómo nuestras pequeñas acciones pueden contribuir para un mundo más limpio, e incluso algunas de ellas ahorrarán algunos centavos a nuestros bolsillos.
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de opinión.