martes, 12 de febrero de 2008

Verde Automóvil 2

Revisemos ahora una tecnología que ya está actualmente en el mercado: los híbridos.
Este tipo de vehículos cuenta con el convencional motor de combustión más un motor eléctrico. La energía para mover al motor eléctrico proviene de un sistema regenerativo que aprovecha parte de la fuerza de frenado para convertirla en electricidad, lo que en un vehículo normal se convierte en calor. La electricidad generada se acumula en baterías adicionales y queda disponible para hacer avanzar el vehículo como ayuda al motor de combustión, que generalmente es más pequeño que el promedio, o para moverse unicamente con el impulso con el motor eléctrico. En definitiva, es la misma energía del combustible lo que se consigue recuperar en el sistema eléctrico.
Actualmente estos vehículos (como el Toyota Prius) rinden valores por encima de 30 Km/litro (80 mi/gal), e incluso se han reportado valores mayores, en el orden de 40 Km/l (100 mi/gal) en vehículos modificados a los cuales se les ha hecho modificaciones como sustitución de materiales para reducir el peso o la adición de paneles solares para cubrir parte de la demanda eléctrica. Entonces, ¿ Por qué no tener un auto así? Están solamente a la venta en algunos países, son más caros que un auto promedio y las modificaciones mencionadas los hacen aún menos accesibles para el consumidor promedio.
Algo que se ha venido demandando en publicaciones especializadas es que aparezcan híbridos con motor a diesel, lo cual ningún fabricante ha anunciado oficialmente hasta la fecha.
Estos autos, al igual que los solo-motor estarán en el mercado mientras haya petróleo en el mercado o los precios de los combustibles sean tan altos como para que se produzca en masa vehículos con otro tipo de propulsión. Seguiremos analizando lo que nos puede traer el futuro.

viernes, 1 de febrero de 2008

Verde Automóvil 1

Las últimas ferias del automóvil de Frankfurt, Tokio y Detroit, vinieron a confirmar una tendencia creciente entre los fabricantes de automóviles: concebir un futuro cercano en que los autos no sean más fuentes contaminantes del ambiente, o por lo menos que su impacto sea mínimo. Los factores conocidos son el calentamiento global, el alto precio de los combustibles y las regulaciones legales sobre emisiones y rendimiento de los combustibles; aunque hay algunas más sutiles y no menos poderosas como la percepción de los usuarios y el no ser visto como la última rueda del tren tecnológico con un fuerte respeto por el ambiente.
Los enfoques sobre el automóvil del futuro son diversos, aunque el objetivo final es proveer movilización con bajas emisiones de gases indeseados o sin emisiones del todo.
El primer objetivo de la industria ha sido durante décadas mejorar los autos y los motores actuales de combustión interna, para obtener la máxima energía posible de la gasolina o el diesel. Este enfoque se mantiene actualmente por algunas razones ventajosas:
- Es una tecnología desarrollada, no se necesita amplias pruebas para comprobar el rendimiento de un motor de combustión. El uso por más de cien años lo convierten en una tecnología muy confiable, aunque todavía mejorable.
- La red de distribución de combustibles está ampliamente diseminada a nivel mundial, por lo tanto cada comprador está seguro que le será relativamente fácil reabastecerse de combustible, incluso si se viaja por varios países.
- Las emisiones de gases contaminantes pueden reducirse con sistemas independientes a la salida del motor.
Ahora revisemos los puntos en contra de estos motores:
- Producen inevitablemente emisiones indeseadas, aunque se las reduzca en el mismo vehículo.
- Su eficiencia, a pesar de su desarrollo es baja. Se estima que en los vehículos más eficientes apenas un 30% de la energía útil del combustible llega a las ruedas, el resto se pierde en forma de calor y de fricción entre partes internas.
- El alto costo internacional del petróleo hace inevitable el incremento en los precios de gasolina y diesel. Además las predicciones indican que las reservas de petróleo se terminarán entre 50 y 60 años.
Con seguridad los motores de combustión tendrán algo más de vida pero finalmente terminarán desapareciendo, a pesar del uso actual de biocombustibles, lo cual no es una solución práctica ni rentable a largo plazo.